Por la vertiginosa carretera de Amalfi, al sur de Nápoles, los acantilados verticales se sumergen en el increíble Mar Mediterráneo mientras que en el litoral se extiende una hilera de pueblos marítimos entre olivares, limoneros, robles y pinos.
Entre ellos es deslumbrante la visión de Positano, colgado de los acantilados; un refugio cerrado al tráfico. Una maraña de casas de pescadores, que conforman un urbanismo de estrechas callejuelas, que conducen a la única zona llana: la playa.
Destacar un momento mágico, en este lugar mágico: el atardecer
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